Ciudadano: Enrique Odar Rojas
Ciudad: Lima (Perú) – Cuando vivimos en comunidad, cuando convivimos con otras personas, adquirimos una serie de responsabilidades y obligaciones que debemos cumplir si es que queremos vivir en paz y armonía. Pero también adquirimos unos derechos, los mismos que deberíamos conocer, ejercer y hacer valer. A PROTEGER: Nos preguntamos que derecho o estado de
Ciudad: Lima (Perú) – Cuando vivimos en comunidad, cuando convivimos con otras personas, adquirimos una serie de responsabilidades y obligaciones que debemos cumplir si es que queremos vivir en paz y armonía. Pero también adquirimos unos derechos, los mismos que deberíamos conocer, ejercer y hacer valer.
A PROTEGER: Nos preguntamos que derecho o estado de cosas deberían protegerse o mantenerse dentro de una ciudad: Yo diría que el derecho a la integración. A esa mezcla intercultural espontánea que enriquece y da calor y color a nuestra vida diaria. Que implica la eliminación total de la segregación y exclusión racial o por nivel económico. Una ciudad que ha alcanzado la integración total adquiere una identidad y personalidad propias, importante para asumir la condición de ciudad desarrollada, conformada por ciudadanos totalmente libres.
A CONQUISTAR: Es ser considerados en nuestra condición de ciudadanos como el fin u objetivo único y excluyente de toda formulación, diseño o creación o remodelación de nuestras ciudades. Que podamos contar con espacios urbanos dotados de infraestructuras más humanas. Pensar en las personas y no solo en el vehículo o en los intereses especulativos de los grupos inmobiliarios. Ese derecho inalienable a ser consultados, porque al final de cuentas, nuestra opinión es la única que importa, porque realmente somos los patrones de nuestra corporación municipal, cuyo Alcalde, altas autoridades y funcionarios así no son más que nuestros empleados temporales.
A ERRADICAR: La desidia ciudadana y la indiferencia ciudadana, enfermedades urbanas mortales. Las principales enemigas de nuestras libertades y derechos. Esa falta de compromiso que nos ha convertido en seres pasivos, que lo quieren y esperan todo, pero no ponen el hombre ni se mojan por su ciudad. Debemos tener en claro que nadie, enteramente nadie, nos va a dar nada. Es nuestra total responsabilidad como ciudadanos libres.